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Hace un año Adriana Ruano hizo vibrar a toda Guatemala con el oro olímpico en París

  • Con información de Bryan Anton / Colaborador
31 de julio de 2025, 13:16
Juegos Olímpicos
La medalla dorada y la sonrisa inmortal de Adriana Ruano, la única de Guatemala con ese logro olímpico. (Foto: Archivo)

La medalla dorada y la sonrisa inmortal de Adriana Ruano, la única de Guatemala con ese logro olímpico. (Foto: Archivo)

Mágico 31 de julio de 2024 y fantástica Adriana Ruano. Hace un año, la fecha y el nombre de la tiradora se entrelazaron en París, la ciudad del amor, en un acto sublime gestado a puño, pulso y una mirada sin parpadeos para elevar a Guatemala a cumbres nunca transitadas.

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Chateauroux es tierra santa. Allí, a 266 kilómetros de distancia de la concurrida y emblemática torre Eiffel, bajo un sol abrazador y contra los pronósticos, Ruano demostró que pesa más el corazón y se comprometió con la historia: campeona olímpica con récord incluido.

Le tocó salir de los mismísimos infiernos, vividos por la muerte de su progenitor tres meses antes de las justas de Tokio 2020, cita en la que culminó en el último lugar, para catapultarse a la gloria olímpica en París 2024. Era nada más ella y sus ganas de devorarse el mundo, de ser única.

Adriana fue sólida contra potencias de foso olímpico de España, Australia, China e Italia. Siempre capaz de superar presiones olímpicas, mientras en su país millones de personas estaban frente al televisor, deseando estar cerca, de experimentar el olor de la esencia pura de la victoria.

Esos 45 platos de 50 que derribó en la final significaron un júbilo multitudinario y la convirtieron en una mujer dorada y quién sabe si en un futuro en un ser mitológico porque hizo sonar por primera vez el Himno de Guatemala en más de un siglo de historia de los Juegos Olímpicos.

Gritos, abrazos y lágrimas y el reconocimiento universal, las postales de una emotiva fiesta vivida aquel día. Esos disparos, lejos de llevar veneno y violencia, iban cargados del clamor de un pueblo trabajador y solidario que representado por Ruano por fin llegó a lo más alto.

"Todavía no le atino a lo que estoy viviendo", dijo la campeona instantes después de su hazaña. Hoy, un año después, ¿Guatemala dimensionará lo que logró la mujer que quiso ser gimnasta, pero que una lesión de espalda la orilló a buscar y conquistar sus sueños en otra disciplina?

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