Irene Vallejo se convirtió en un fenómeno cultural tras "El infinito en un junco". En una entrevista exclusiva con Soy502 la autora reveló que había ideado este libro para retirarse sin imaginar su éxito.
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Para preparar su primera visita al país la española se empapó del Popol Vuh, libro sagrado maya k'iche', también expresó su emoción por este encuentro con sus lectores guatemaltecos.
Su inspirador camino
Su historia es tan mágica como sus letras, tras pasar un desierto en los primeros años como escritora, esta creación de "despedida" fue la punta de lanza para ser leída en todo el mundo a través del ensayo, que combina elementos científicos con el punto de vista de la especialista. Irene logró interesar a los lectores en este género literario, con explicaciones sencillas y fantásticas, que mantienen la emoción.
"Hice el 'El infinito en un junco' creyendo que sería lo último en mi carrera, desde la infancia quise ser escritora, sin embargo convertirse en una es duro, pasé muchos años de trabajo precario, esperando a que con la siguiente publicación llegaría, por fin, la ocasión de afianzarme y vivir de las letras y no hacerlo al límite".

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"Por décadas, tras publicar, me reunía en clubes de lectura, iba a escuelas, asistía a ferias sin que pasara algo, mientras esto ocurría tenía la presión de mi familia, que me decía: 'nunca tendrás un trabajo de verdad', justo ahí me convertí en madre y mi hijo nació con graves problemas de salud, era muy dependiente".
"Me dije: ¡se terminó! Me enfrenté a la idea de que la literatura no era para personas como yo, no lo había logrado y debía decir adiós a mi sueño de infancia, así que decidí escribir el último libro, el de despedida, que me ayudaría a pasar la etapa de incertidumbre. En mis momentos más duros, escribir y leer, me ayuda a mantener el equilibrio".
"Con este libro agradecía a la literatura lo que había hecho por mí, haciendo un recorrido histórico para dejar constancia de las luchas, esfuerzos, afanes y pasiones para llegar a crear el libro como objeto en sí, para dejar un homenaje a lo que había recibido por la lectura, una carta de amor y resignación".
"No tenía expectativas, incluso creí que ni si quiera se iba a publicar, no tenía ninguna presión, sin más objetivo que el de compensar, a través de la escritura esa vida tan monótona que tenía cuando iba de la casa al hospital y del hospital a casa".

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"Hice un libro de aventuras, viajes, personajes, peripecias y pasiones, justo lo que faltaba en mi vida, un proceso de compensación que surtió efecto, resistí todo el periodo de la hospitalización de mi hijo, luego fui a varias editoriales para ver si estaban interesadas en publicarlo sin ninguna expectativa, ni ambición, sin imaginar que gustaría tanto".
La larga investigación para su libro
Vallejo contó que condensó sus investigaciones universitarias, incluyendo información de su tesis doctoral, que aborda el camino y evolución de la literatura, un trabajo de 4 años.
"No la llegué a publicar cuando abandoné la academia, al momento de meterme en el hospital aproveché la investigación que ya está hecha, me pareció bien fusionar la información y convertirla en un ensayo".
El periodismo como parte vital de sus libros
Como columnista Irene afirmó que haber trabajado en medios le ayudó mucho con su estilo único: "Ha sido una gran enseñanza literaria, mi trabajo tiene el sello de esos años de investigación y principalmente de periodismo, que me enseñó a escribir de otra forma, no para los especialistas, sino para un público muy amplio".
"La escritura académica tiene su propia retórica, su formulismo, el periodismo te enseña dónde atraer la atención y hacer visible las cosas importantes, la democratización del saber, ayuda a agregar las cosas actuales, vigentes, que llevan a la reflexión".

Acerca de destacar en su trabajo los géneros periodísticos, de cierta manera, olvidados Irene destacó:
"Empecé en un medio de mi región escribiendo artículos históricos, el periódico donde trabajaba lo dirigía un catedrático de historia antigua que había sido mi profesor en la universidad, acordamos que sería un espacio semanal, donde siempre habría una referencia histórica".
"Como una grata sorpresa, los profesores de secundaria de bachillerato empezaron a usar los artículos para comentarlos en sus clases y los alumnos me decían que agradecerían que los publicara, ya que les facilitaba aprender, la historia se les hacía más amigable, el texto breve tiene una gran ventaja, pues ofrece facilidad de lectura en dosis pequeñas, ahí se reivindicaron los géneros literarios y periodísticos".
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Las mujeres en la literatura
Vallejo afirma que desea con su trabajo destacar a muchas mujeres olvidadas en los géneros literarios, pues han hecho grandes aportes y han pasado desapercibidas.
"Me di cuenta de la importancia de destacar a las mujeres en el ensayo, debemos contar el mundo también desde nuestra mirada, falta libros que las incluyan, de hecho, la primera persona que firma un texto literario en la historia de la humanidad fue una mujer, una sacerdotisa acadia llamada Enheduanna, que vivió en Mesopotamia, alrededor del siglo XXIII a.C., muy anterior a Homero, la primera persona que firma un texto es una mujer".
"Era un personaje prácticamente desconocido para el gran público, no aparece los libros de historia, nadie dice es que la primera persona con nombre propio que escribe poemas y textos literarios, ni siquiera en mi especialidad de historia, de filología se le mencionó, la encontré por causalidad cuando estaba tirando de ese hilo, buscando nombres de mujeres y las genealogías olvidadas y enterradas".

Acerca de su trabajo
"En un mundo pesimista, donde parece que la cultura está al borde del abismo, milito con optimismo, ya que todos mis estudios e investigaciones me demuestran que, algo tan frágil como los textos, han tenido que perdurar teniéndolo todo en contra, a pesar de la caída de civilizaciones, del fin de los imperios, de la pobreza, del analfabetismo, de los saqueos, de las guerras y las invasiones".
"Los libros pueden sobrevivir para ser semillas y no solo han podido triunfar en su momento, sino en los postreros, esto me hace confiar en la fortaleza de lo frágil, los seres humanos necesitamos los relatos y las historias".
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¿Desaparecerán las historias hechas por humanos con la IA?
Para Irene la literatura también va evolucionado, por ello considera que "la máquina jamás podrá hacer lo que aportamos los seres humanos, parte de la literatura es saber que hay una persona compartiendo aprendizaje, sabiduría, la IA no tiene la capacidad de innovar, solo puede reproducir algo ya hecho".
Acerca de su viaje a Guatemala Irene explicó llena de emoción que viajará con su familia a varios puntos turísticos del país: "Estoy leyendo con mi hijo el Popol-Vuh, un balcón abierto al imaginario, un libro sagrado bellísimo y un acto de resistencia, escrito en alfabeto latino tras la destrucción de los antiguos libros en escritura maya".
"Narra la creación de las montañas, los bosques, los valles, la tierra, el sol, el cielo, los animales y los humanos. Un génesis pletórico. Los Progenitores esculpen al ser humano primero con barro, pero no les queda bien, y lo destruyen. Después tallan otro humano en madera, pero carece de alma y memoria y un diluvio lo ahoga. Lo intentan con otros materiales y fracasan de nuevo. Por fin crearán unos seres bellos e inteligentes, su carne amasada en maíz. Asustados por la perfección de sus criaturas, limitan sus habilidades, como si solo en la imperfección floreciese el verdadero esplendor".

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"En este relato fascinante, los dioses creadores son torpes, se equivocan, intentan, fallan y vuelven a intentar. Como escribe Jorge Volpi: 'Si los sumerios, asirios y egipcios miran el origen del universo como una batalla, los hebreos como un súbito acto de inspiración y los indios como un ciclo inagotable, los mayas quiché piensan que la Creación anticipa nuestras propias creaciones: bosquejos en cuya imperfección despunta la belleza', no olvidemos que en los últimos treinta años han sido destruidas más de 200 millones de hectáreas de selva tropical".
Irene Vallejo se presentará en FILGUA el viernes 11, a las 19:00 horas y sábado 12 de julio, a las 15:00 horas, además de su conversatorio, firmará libros.




