"La de Marquense, algún día, algún día...", dijo el delantero Rubio Rubín cuando el aficionado Miguel Ávila lo abordó en el hotel de concentración de la Selección de Guatemala con una serie de camisolas para que se las firmara, entre ellas la de los leones.
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A Rubio las palabras le salieron del corazón y se le dibujó una gran sonrisa por una razón especial, su progenitora es oriunda de Pajapita, San Marcos (su papá es mexicano). "Este equipo es el más cercano al lugar de dónde es mi mamá", añadió.
Y las raíces son las raíces porque también estampó su autógrafo en la de San Pedro, equipo del mismo departamento occidental, pero cuando la sangre llama no hay para donde y será cuestión del destino si llega a vestir los colores de los felinos.
"El futuro uno nunca lo sabe uno, pero más que futbol quiero conocer Pajapita, el pueblo de mi mamá, y espero hacerlo. Puede ser este año o el otro. Todo depende de cuando termine la temporada", apuntó el jugador del Charleston Battery de la USL estadounidense.

Centrados en Guadalupe
Rubio y compañía de la Selección de Guatemala están centrados en el partido de mañana contra Guadalupe, en el Shell Energy Stadium, en el cual disputarán el boleto a siguiente ronda.
Los jugadores tuvieron ayer permiso para salir a hacer compras a un centro comercial situado a un costado del hotel de concentración.
Por la tarde, el equipo viajó unos 8 kilómetros, hacia el estadio de la universidad Rice para entrenarse a puerta cerrada. Hoy, por mandato de Concacaf darán acceso a los medios de comunicación.