Del griego “onyx” y “phagein”, la onicofagia es el hábito de “comerse las uñas” de forma continua. Se trata de una costumbre que pueden sufrir las personas a cualquier edad y que, aunque no lo creamos, es muy difícil de dejar. Asimismo, es necesario tener en cuenta que la cutícula es un elemento clave para la protección de la uña.
Dos expertas nos acercan a este trastorno desde puntos de vista distintos:
La doctora Montserrat Salleras es especialista en dermatología de la Clínica Dermatológica Salleras (Barcelona) y profundiza acerca de la importancia que tiene la cutícula en el mantenimiento de unas uñas sanas y los problemas que puede acarrear mordérselas.
¿Qué función tiene la cutícula?
La cutícula tiene una función protectora, pues se encarga de resguardar a la uña y al tejido que la rodea de traumatismos y de posibles infecciones. Si no hay cutícula, hay mucha más propensión a infecciones bacterianas, de hongos o víricas.
¿Qué riesgos tiene la onicofagia?
Es un hábito que daña la cutícula y puede ir más allá, ya que el tejido periungueal (que bordea las uñas) también se ve afectado.
Si esa matriz se daña, no tiene ninguna capacidad de reparación y se trata de una alteración irreversible. Si esto ocurre, la uña va a crecer de manera distrófica, es decir, de forma irregular, más gruesa, con estrías o rasguños.

Consejos para tener unas uñas sanas
- Siempre que se esté cocinando, manipulando agua, detergente, alimentos o con la uña húmeda mucho rato hay que utilizar guantes.
- Aplicación nocturna de cremas hidratantes para uñas.
- Aplicar un endurecedor para protegerlas.
- Hacer la manicura sin eliminar la cutícula.
- Se recomienda tener, como mucho, el esmalte de uñas durante una semana. Si se tiene mucho tiempo, los hongos son más propensos a acudir a la superficie de la uña.
- No compartir los instrumentos para el cuidado de las uñas, como son las limas, tijeras o cortauñas. Si se hace, se pueden contagiar posibles infecciones.
Onicofagia con base psicológica
Vanessa Fernández, doctora en psicología del Instituto de Psiquiatría Martínez Campos de Madrid, hace un análisis de este hábito desde una perspectiva psicológica.
¿Por qué nos mordemos las uñas?
Es una combinación de factores emocionales como la preocupación, la tristeza, la ira, o incluso el aburrimiento o la excitación. Podemos hacerlo tanto al estar ansiosos o miedosos por algo que nos preocupa como por algo que nos da vergüenza. Asimismo, otra de las razones puede ser que lo hagamos por algo positivo, como cuando nos acaban de dar una buena noticia o algo similar.
A su vez, se trata de un gesto que responde a la interacción entre emoción y comportamiento. Esto consiste en ejercer un hábito a partir del cual, cuando yo estoy experimentando esta emoción o cuando estoy ante una situación concreta, por ejemplo, viendo la tele, me muerdo las uñas.





