Israel aprovechó un contexto en el que Irán no anticipaba un ataque directo, debido a las negociaciones nucleares en curso con Estados Unidos.
TE PUEDE INTERESAR: Israel redobla su ofensiva contra Irán: "Usaremos toda nuestra fuerza", advierte
Israel ejecutó una ofensiva secreta contra Irán que combinó espionaje, inteligencia artificial y tecnología militar avanzada para impactar con precisión infraestructura estratégica iraní.
Esta operación, que había sido preparada durante tres años, logró desestabilizar gravemente al régimen iraní, principalmente al neutralizar parte de sus defensas aéreas y eliminar figuras clave de su aparato militar y científico.

El ataque comenzó con una oleada de drones armados y aviones de combate que ingresaron en territorio iraní sin ser detectados. Estos dispositivos, coordinados por agentes infiltrados y sistemas de inteligencia artificial, atacaron búnkeres, vehículos y sistemas de misiles estratégicos.
La operación fue tan eficaz que, para cuando Irán intentó responder, su capacidad de defensa ya estaba severamente comprometida, en parte por ataques anteriores que habían mermado su estructura militar.
El éxito del ataque se explica también por un error de cálculo del gobierno iraní, que asumió que Israel no actuaría en medio del proceso diplomático con Washington.
Esta percepción equivocada permitió a las fuerzas israelíes ejecutar una ofensiva con un impacto mayor al esperado, debilitando no solo la capacidad nuclear iraní, sino también la moral de su alto mando militar.

Israel ejecutó una ofensiva altamente sofisticada contra Irán basada en una combinación estratégica de espionaje humano, inteligencia artificial y tecnología de drones.
Durante al menos tres años, agentes del Mossad y el ejército israelí trabajaron en la preparación encubierta de esta operación, introduciendo de forma clandestina drones armados y armas de precisión dentro del territorio iraní.
Estos dispositivos fueron colocados cerca de bases militares clave, especialmente en zonas donde se encontraban sistemas de defensa aérea y misiles, lo que permitió ejecutar ataques rápidos y letales desde distancias cortas.
Israel utilizó sistemas avanzados para procesar grandes volúmenes de datos recolectados durante meses previos, identificando objetivos prioritarios como altos mandos militares, científicos vinculados al programa nuclear y centros de comando estratégicos.

Además de los ataques a instalaciones y líderes iraníes, Israel apuntó a interrumpir la capacidad de transporte y despliegue de misiles mediante la destrucción de vehículos utilizados por las fuerzas iraníes.
En Irán, las autoridades confirmaron la detección de vehículos que transportaban minidrones, señalando que los dispositivos eran operados por infiltrados que buscaban confundir y sobrecargar las defensas aéreas del país.
Con información de Infobae.