El redescubrimiento de la antigua ciudad maya de Tikal en Petén es un hito de la arqueología guatemalteca.
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Sepa cómo la expedición de 1848, encabezada por el coronel Modesto Méndez y el conocedor local Ambrosio Tut, logró sacar los majestuosos templos de Tikal de su manto selvático, generando los primeros informes que fascinarían a la comunidad científica internacional. Esta es la historia del hallazgo que dio origen al actual Parque Nacional Tikal.
Cubiertas durante siglos bajo la vegetación, solo la cima de los principales templos de Tikal daban idea al observador casual de que ahí se asentó una de las principales ciudades mayas.

Dada la conquista y la colonización tardía de Petén, los vestigios permanecieron bajo su manto vegetal hasta el 26 de febrero de 1848.
En esa fecha arribó la expedición encabezada por el coronel Modesto Méndez, entonces corregidor del departamento, y por Ambrosio Tut, nombrado gobernador local.
Cuenta la historia que Tut, quien se dedicaba a la extracción del chicle, ya había observado las cimas de los templos al ejercer su labor.

Según escribió José María Soza en su Monografía del departamento de El Petén, Modesto Méndez imaginaba que en su labor de pacificación de la población indígena "podíase encontrar 'algo' de interés histórico, que redundase en beneficio de su patria en general".
Hacía 1844 ya había entablado amistad con Tut, quien residía en el pueblo de San José, a quien apreciaba como práctico conocedor de los montes.
De ahí que decidió nombrarlo gobernador de San Andrés y San José, localidades situadas a orillas del lago Petén Itzá, para explorar el contorno norte del lago y dar con la antigua ciudad en ruinas.

"Ordenó a Tut para que a la mayor brevedad consiguiera el auxilio de cinco personas conocedoras de tales montes y a su costa abriera un camino que condujera de las playas del lago directamente a las ruinas, apuntó Soza.
Hallazgo
Bajo una lluvia torrencial, después de tres días de viaje, la expedición comandada por Méndez y Tut comenzó a observar fragmentos de loza antigua hacia las 3:00 de la tarde del 26 de febrero.
"Poco después, estando en un cerro de regular elevación, se descubrió en otra altura superior el primer palacio, cuya soberbia perspectiva no hubo uno solo de mis compañeros que no quisiese disfrutar", escribió Méndez en el informe enviado al Gobierno central el 6 de marzo de 1848.
Durante los días siguientes, se dedicaron a explorar el área, tomando nota al describir los monumentos, estelas y altares que se alzaban majestuosamente entre la vegetación.
"Con la imaginación aturdida...", comentó Méndez en su relato, intentando plasmar la inmensidad y el misterio de la ciudad perdida.
El grupo realizó los primeros bocetos y dibujos, que, aunque rudimentarios, proporcionaron la primera evidencia tangible de Tikal que llegaría más allá de las fronteras de Petén.

La expedición permaneció en las ruinas de Tikal hasta el 3 de marzo, y la noticia llegó hasta la Nueva Guatemala de la Asunción pocas semanas después.
Años más tarde, en 1853, los informes y dibujos de Méndez fueron publicados en Europa, despertando un interés fervoroso en la comunidad científica y de exploradores.
Sucesivas misiones arqueológicas desenterraron las estructuras ocultas por la selva y al día de hoy, el Parque Nacional Tikal es el principal referente del mundo maya antiguo en Guatemala.






