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Los empleos del elenco del Chavo del Ocho antes de ser famosos

  • Con información de Infobae
25 de octubre de 2020, 10:31
Los actores de este programa empezaron en otros oficios antes de llegar a tocar la fama con El Chavo del Ocho. (Foto: Cultura Colectiva)

Los actores de este programa empezaron en otros oficios antes de llegar a tocar la fama con El Chavo del Ocho. (Foto: Cultura Colectiva)

Desde su aparición en la popular serie "El Chavo del Ocho", los protagonistas disfrutaron de fama y la fortuna. Pero, antes de alcanzar la fama tuvieron que desempeñar trabajos muy diferentes a la actuación

Como sucede en muchos casos, los actores tuvieron que trabajar muy duro y en otras funciones antes de llegar a formar parte de uno de los programas más vistos en Latinoamérica, a mediados de 1975.

María Antonieta de las Nieves

Ella sí tuvo un inicio ligado a la actuación desde muy joven, pues empezó a actuar en obras de teatro y a hacer doblajes para series de televisión antes de incorporarse al equipo de trabajo de Roberto Gómez Bolaños.

Florinda Meza

Empezó su trabajo como secretaria y modelo, y con lo que ganaba pagaba sus estudios de actuación. Con el modelaje pudo lograr algunos papeles hasta que recibió una invitación para integrarse a "Chespirito".

Raúl “Chato” Padilla

Interpretó a Jaimito, el cartero. Era actor de teatro, al igual que Angelines Fernández. Los dos eran amigos de Ramón Valdés. Antes de dedicarse a la actuación, Padilla fue carpintero, conductor de tráiler y comerciante.

Roberto Gómez Bolaños “Chespirito”

Antes de dedicarse al mundo de la actuación, se dedicó al boxeo. Luego, continuó sus estudios en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde se graduó de ingeniero, pero nunca llegó a ejercer como tal.

Inició su carrera como creativo publicitario, lo que lo conectó con la radio y la televisión, donde fue un activo guionista durante la década de 1950.

También hizo varios guiones de películas para el dúo “Viruta” y “Capulina” y se inició fugazmente como actor con ellos en “Dos criados malcriados”, en 1960.

Sin embargo, siguió dedicando la mayor parte de su tiempo a escribir, contribuyendo con diálogos para guiones de películas y programas de la televisión mexicana, lo que rápidamente lo llevó a adquirir mayor capacidad en la producción de los personajes y series que conocemos.

Carlos Villagrán

Antes de ser una estrella de la televisión, acompañaba a su padre que trabajaba como fotógrafo en los parques y trataba de estudiar al mismo tiempo. Sin embargo, las condiciones de su familia solo le permitieron llegar hasta el segundo de secundaria.

Para 1967, “Quico” obtuvo su primer trabajo como reportero gráfico para el Heraldo de México y cubrió los Juegos Olímpicos de México 1968.

“Antes de las Olimpiadas de 1968 me dieron la oportunidad de ser fotógrafo del periódico y con la credencial tenía acceso a los canales de televisión. Allí pedía trabajo porque quería ser cómico. En realidad, quería ser futbolista profesional y también cómico, pero se me dio por la segunda, porque lo otro era muy cerrado”, reconoció en una entrevista.

Posteriormente, Villagrán se hizo amigo de Rubén Aguirre que lo invitó a una fiesta de Roberto Gómez Bolaños, donde le presentaron un corto sketch.

Gómez Bolaños necesitaba a un actor que interpretara a un niño, Villagrán se enteró y no perdió la oportunidad para demostrar sus dotes de actuación. 

“En ese entonces se alquilaba el vestuario dentro de la empresa. Así que fui allí y encontré el traje de marinerito y la gorrita. Saqué mi propio pelo por el agujero de la gorrita y le hice como unos cuernitos. Me encontré con “Chespirito” y le dije: ‘¿Quieres que te hable así como niño o que te hable así (con la característica voz)?’ Y me respondió: ‘Así, con los cachetes’. Y de esta manera nació Quico”, contó.

Rubén Aguirre

Se graduó como ingeniero agrónomo, pero nunca lo ejerció. De 1962 a 1970 fue cronista taurino (especializado en corridas de toros).

En 1970, transmitió vía satélite, una corrida de toros desde la monumental Plaza de las Ventas en Madrid, para México. Tras ello, el productor cubano, Sergio Peña, lo descubrió y lo ayudó a trasladarse a la ciudad de México, donde trabajaron juntos en el programa infantil de concursos llamado "El club de los millonarios".

Luego tuvo la oportunidad de producir un programa de televisión llamado "El club de Shory", junto con Carlos Villagrán y María Antonieta de las Nieves.

Su gran trabajo en los medios de comunicación llamó la atención de Roberto Gómez Bolaños y le dió un papel en su proyecto “El ciudadano Gómez”, luego participó en “Chespirotadas” y “Los supergenios de la mesa cuadrada".

Édgar Vivar 

Quería ser médico, por lo que se inscribió en UNAM, donde debía tomar un curso previo para ingresar a la facultad de Medicina. Al pasarlo, le dijeron que debía tomar una clase extracurricular y solo encontró cupo en un taller de actuación para teatro.

Realizó su internado de pregrado en un hospital de la ciudad de México durante un año, al tiempo que realizaba pequeñas presentaciones en comerciales y obras teatrales, sin embargo, su amor por por la actuación lo llevó a dejar la medicina por la televisión.

Aunque al principio no le agradaba mucho, con el transcurrir del tiempo se fue animando más por el teatro y recibió elogios. Un joven cazatalentos lo vio y le propuso participar en un comercial de televisión, y aceptó. Después de esa oportunidad, hubo más.

Su primer contacto con Gómez Bolaños fue cuando recibió una llamada telefónica suya en la que le comentaba que lo necesitaba para un proyecto.

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